🌿 Vivir el yoga cada día
🌿 Vivir el yoga cada día
1. Yama: la armonía con el mundo
Los Yamas son las bases del yoga.
Son principios universales de ética y conducta que guían nuestras relaciones con los demás y con nuestro entorno.
Nos recuerdan que el yoga comienza en nuestras
acciones, palabras e intenciones.
Aquí están los 5 Yamas y cómo aplicarlos en tu día a día:
- Ahimsa (no violencia): elige la suavidad. Háblate con amabilidad y evita el juicio hacia ti o los demás.
- Satya (verdad): sé sincera, incluso cuando no sea fácil. La autenticidad genera paz interior.
- Asteya (no robar): respeta el tiempo y la energía de los demás… y también los tuyos.
- Brahmacharya (moderación): dirige tu energía hacia lo que realmente alimenta tu alma.
- Aparigraha (no apego): aprende a soltar. Cuanto menos te aferres, más libre serás.
💡 Cada vez que eliges la compasión en lugar de la reacción, practicas Ahimsa. Cada vez que dices tu verdad, practicas Satya.
2. Niyama: la armonía contigo misma
Los Niyamas son actitudes personales que sostienen tu equilibrio interior.
Invitan a cultivar la disciplina, la claridad y la gratitud.
- Saucha (pureza): limpia tu espacio, tu mente y tu cuerpo. El orden exterior crea claridad interior.
- Santosha (contentamiento): aprende a disfrutar de lo que ya tienes, aquí y ahora.
- Tapas (disciplina): comprométete con tu práctica incluso cuando no tengas ganas. Ahí comienza la transformación.
- Svadhyaya (autoconocimiento): obsérvate sin juicio: tus pensamientos, tus patrones, tus reacciones.
- Ishvara Pranidhana (rendición al divino): suelta el control. Confía en la vida.
💡 Dedicar cinco minutos cada mañana a respirar, escribir o estirarte conscientemente ya es practicar Tapas y Svadhyaya.
3. Asana: habitar el cuerpo con consciencia
Los asanas, o posturas, son solo una de las ocho ramas del yoga.
Pero son el puente entre el cuerpo y la mente.
Practicar asanas significa escuchar tu cuerpo en lugar de forzarlo, encontrar el equilibrio entre la estabilidad y la suavidad (sthira-sukham asanam).
💡 Cuando caminas conscientemente, te sientas erguida o respiras profundamente, ya estás practicando asana.
El yoga comienza en el momento en que tu cuerpo se convierte en un lugar de escucha.
4. Pranayama: el aliento de vida
El Pranayama es el arte de respirar con consciencia.
“Prana” significa energía vital y “yama” control.
Es la práctica de dominar la respiración para armonizar la energía y calmar la mente.
Prueba esto ahora: inhala profundamente por la nariz, mantén el aire dos segundos y exhala lentamente.
Acabas de equilibrar tu sistema nervioso y tranquilizar tu mente.
💡 En tu día a día: respira antes de contestar un mensaje estresante. Toma tres respiraciones profundas antes de una reunión. Exhala cada vez que sientas tensión.
Tu respiración es tu ancla.
5. Pratyahara: el arte de volver hacia adentro
En un mundo lleno de ruido, pantallas y estímulos constantes, Pratyahara es un respiro para la mente.
Es el retiro de los sentidos, el regreso a tu interior.
💡 Cada vez que apagas el teléfono, te alejas de las redes o pasas unos minutos en silencio… practicas Pratyahara.
No es una huida, sino una reconexión con lo esencial.
6. Dharana: el arte de la concentración
Dharana es la capacidad de enfocar la atención en una sola cosa.
Es el paso previo a la meditación.
💡 Cuando estás totalmente presente —cocinando, caminando, respirando— estás practicando Dharana.
Esa concentración genera una calma interior profunda, lo que el yoga llama ekagrata, la claridad mental.
7. Dhyana: la meditación fluida
Dhyana es la meditación, pero no en su forma rígida.
Es un estado natural de atención en el que no haces ningún esfuerzo por meditar.
💡 Por la mañana, siéntate, cierra los ojos y observa tu respiración. No busques nada. Solo permite que sea.
Poco a poco, llega el silencio, la mente se aquieta y sientes una presencia profunda.
8. Samadhi: la unión interior
La octava rama del yoga, Samadhi, representa el estado de unión total.
Ese momento en el que cuerpo, mente y consciencia se funden en uno.
No es una meta que alcanzar, sino una experiencia que vivir.
💡 Seguramente ya has sentido un instante de Samadhi: un atardecer, una danza, un momento de amor en el que todo parece estar en perfecta armonía.
Eso es unión. Eso es yoga.
El yoga como arte de vivir
El yoga no es una evasión.
Es una
invitación a vivir con más consciencia.
A respirar antes de reaccionar.
A moverte con presencia.
A amar sin expectativas.
A desacelerar para sentir.
No necesitas ser flexible ni conocer mantras.
Solo necesitas
querer vivir despierta.
💫 El yoga no es una postura.
Es una actitud.
Conclusión: el verdadero yoga empieza donde la vida te espera
Las ocho ramas del yoga no son escalones que subir, sino
puertas que abrir, día tras día.
Te ayudan a habitar tu cuerpo, calmar tu mente y alinear tus acciones con tu corazón.
Así que hoy, en lugar de “hacer yoga”…
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Porque, al final, el ashram más hermoso… es tu propia vida.
Namasté 🪷







