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En la práctica del yoga, la respiración es mucho más que una simple función fisiológica: es un verdadero puente entre el cuerpo, la mente y el espíritu. La respiración, o prāṇa , se considera la fuerza vital que fluye dentro de nosotros. El yoga nos invita a tomar conciencia de esta energía sutil y utilizarla como una herramienta de armonización interior. De hecho, la respiración es el vínculo entre lo visible y lo invisible , entre el movimiento y la meditación, entre la agitación externa y la calma interna. En los textos fundacionales como los Yoga Sūtras de Patañjali , el control de la respiración se describe como un pilar esencial de la práctica. El prāṇāyāma, la expansión de la respiración vital, es uno de los ocho miembros del yoga (Ashtanga Yoga), ubicado después de las posturas (āsana) y antes de la concentración (dhāraṇā). Esto demuestra hasta qué punto la respiración se considera un camino de transformación interior que conduce a estados meditativos.

Algo nuevo está tomando vida en nuestro universo.
Un proyecto que construimos con cuidado, combinando técnica, precisión y una verdadera pasión por el cuerpo en movimiento.
Y en el corazón de esta evolución, una práctica que transforma la relación con el cuerpo: el Pilates Reformer. Pero el Reformer no es solo un aparato.
Es una experiencia completa .
Una forma de practicar más fluida, más consciente, más conectada. En este artículo, te invitamos a descubrir esta herramienta única, sus beneficios, y cómo puede cambiar profundamente tu forma de practicar y enseñar el Pilates.
En un mundo que va cada vez más rápido, respirar conscientemente se convierte en un acto revolucionario. Antes de hablar de posturas alineadas o secuencias dinámicas, está la respiración.
Siempre presente, silenciosa, muchas veces olvidada… y sin embargo esencial. En la tradición del yoga, el Pranayama es considerado uno de los pilares fundamentales, junto con los asanas (posturas) y la meditación. Pero, ¿qué es exactamente el Pranayama?
¿Por qué es tan poderoso?
¿Y cómo integrarlo de forma concreta en tu práctica y en tu enseñanza? En este artículo, te invitamos a un recorrido por el arte del aliento , sus beneficios, sus técnicas y su papel central en el yoga.
Recibir a un/a alumno/a principiante en yoga es mucho más que suavizar la práctica o evitar las inversiones.
Es sentar las bases de una relación de confianza, ofrecer una experiencia positiva y accesible, y permitir un verdadero encuentro con el yoga. Porque las primeras clases dejan una huella duradera: pueden abrir el camino hacia una práctica regular… o cerrarlo de golpe si la persona no se siente en su lugar.
Como profesor/a, tienes el poder de crear un espacio seguro e inspirador. En este artículo, exploramos los pilares fundamentales de una clase bien pensada para principiantes:
💡 el estado mental, 🧱 la estructura, ⚠️ los errores que conviene evitar y 💬 consejos concretos para transmitir con claridad, paciencia y amabilidad.
En el mundo del yoga, a menudo se cree que todo gira en torno a las posturas y la respiración.
Pero hay un elemento esencial que se pasa por alto con frecuencia: la anatomía . Porque detrás de cada movimiento hay un cuerpo vivo, complejo y único. Tanto si eres practicante apasionado como si te estás formando como profesor(a), comprender el cuerpo humano lo cambia todo : practicas con conciencia, enseñas con precisión y, sobre todo, transmites con amabilidad.
Una sesión de yoga no termina simplemente con la última asana o un "Namasté".
Realmente se integra a través de un momento muy especial: la relajación final, también conocida como Savasana, retorno a la calma o descanso consciente .
Este momento no es trivial. Es un espacio de transformación sutil, donde el cuerpo asimila, la energía se asienta y la mente se libera.
Y es la calidad de la guía lo que determina la profundidad de esta relajación.

En el universo del bienestar y la conciencia corporal, el yoga y el Pilates ocupan un lugar destacado.
Cada vez más personas practican estas disciplinas en estudios, gimnasios e incluso en casa. Sin embargo, muchas aún se preguntan:
¿Son lo mismo? ¿Cuál elegir? ¿Se pueden combinar? En este artículo completo descubrirás:
- sus diferencias,
- sus similitudes
- y sobre todo… sus maravillosas complementariedades.

Enseñar yoga no es simplemente guiar asanas o corregir posturas. Es encarnar un rol sutil y poderoso: una forma de presencia que va mucho más allá de la técnica pedagógica. Es un compromiso personal, una postura interior —física, mental, emocional, relacional y ética. La postura de enseñanza es lo que da sentido a tu presencia como profesor(a). Es el puente entre tu recorrido personal y tu papel como guía. No se imita: se descubre, se moldea y se afina con el tiempo, la práctica y los encuentros humanos.

Una clase de yoga es mucho más que una secuencia de posturas. Es una experiencia física, energética, mental y espiritual completa. Debe diseñarse con cuidado, teniendo en cuenta las necesidades de los practicantes, la intención pedagógica del profesor, el momento del día, el nivel del grupo e incluso la energía del ambiente. Crear una clase de yoga efectiva significa guiar un viaje progresivo — del cuerpo a la respiración, del movimiento al silencio. En este artículo descubrirás todos los pasos para construir una clase de yoga coherente, fluida, regeneradora y transformadora.🌿